viernes, 15 de mayo de 2015

En mitad de la campaña

Esta mañana he escuchado en la radio que estamos en el 'ecuador' de la campaña electoral y me ha sobrevenido un notable bajón anímico. Y como necesitaba una excusa para volver al blog me lanzo a la tarea de buscar explicación.
La primera que se me ocurre es que la desazón es producto de pensar que queda media campaña por delante cuando llevamos casi cuatro años de campaña. Pero esa opción se supera sin problemas porque enseguida caes en la cuenta de que se trata de la campaña oficial, la de los mítines y los políticos con corbata montados en bicicleta, la de la lluvia de millones en el Boletín Oficial....que uno se pregunta en su inocencia ¿pero dónde estaba ese dinero?. Pero bueno, esa es otra cuestión.
Además, reconozco que soy de los que asisten al espectáculo sociológico con interés. No me creo ese dogma tantas veces repetido sobre la inutilidad de las campañas al uso. De hecho, todos los partidos, los de siempre y los 'emergentes', están a la tarea. Reparten banderitas, exhiben carteles, colocan eslóganes en los telediarios y reparten besos, muchos besos. Por algo será.
Reconozco que, en mi caso, esto tiene mucho de deformación profesional; aunque en esta ocasión es más nostalgia profesional que deformación. Pero esa también es otra cuestión.
O no. Tal vez forma parte de lo mismo. Supongo que también me afecta esa ansiedad colectiva que detecto por coger sobre y DNI y plantarnos delante de la urna. Un amigo lo expresa a su manera: voy a pegar un 'votazo' el 24M....
Algunos políticos, tan dados a colocarse medallas, podrán presumir de haber logrado motivar a los ciudadanos para que participen con entusiasmo en la gran fiesta de la democracia. Bien es cierto que el mayor mérito (si así pudiera llamarse) consiste en haber hecho y dicho todo lo que se puede hacer y decir -o un poco más- para que tengamos estas ganas de que nuestro voto sirva para poner en su sitio a quien tanto empeño ha puesto en hacernos la vida imposible.
Sea.



Nota: Luego contaron en la radio que ha muerto BB King y la jornada se hace más llevadera con ese regusto del que puede decir: yo estuve una vez en un concierto suyo. No hacía falta ser un incondicional del blues para saber que allí delante estaba ocurriendo algo 'grande'.










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